jueves, 27 de mayo de 2010

Más y mejores fotos

Pues resulta que ha caído en mis manos un pedazo de objetivo nikkor 70-300 para la D5000 que me trajeron los Reyes Majos. La verdad es que la diferencia con la compacta es brutal, basta con comparar las fotos de Escocia (con una Canon Ixus 55) con las de Mont Rebei, hechas con 18-55 sin procesar.
Es un tubo considerable, al principio lo creí desproporcionado para el tamaño del cuerpo de la D5000, media hora después, perfecto. Cuesta acostumbrarse al peso, es como si levantaras una jarra de agua todo el rato, pero vale la pena. Los desenfoques que se consiguen son preciosos, ¡y al segundo disparo!. No hablemos del alcance, nada que ver con el cortito 18-55 del kit, aunque es un poquito más luminoso, puedes detallar cualquier cosa que te alcance la vista a una distancia razonable. El único defecto: los 70mm te acercan demasiado en alguna ocasión, sobre todo en sociedad. Tienes que alejarte 10 o 15 metros para tener un encuadre sin fotografíar los pelos de la nariz.
Por lo demás, tengo esperanza en cazar algún bicho noruego, sobre todo por que falta un mes para irse y todavía no hemos planeado nada de nada. Ni moneda, ni rutilla para subir, ni para bajar, ni para estar por allí...No tenemos remedio...

No hay comentarios:

Publicar un comentario