jueves, 1 de noviembre de 2012

Huesca. Loarre, S. Juan de la Peña y Jaca

Antes de que llegue el frío (o sea, la ola de frío que sale en el telediario; anteriormente conocido como invierno) nos acercamos nuevamente a Huesca. Salimos a la hora de comer, hasta Loarre. Chispeando, se visita en un momento. Subimos al parking del castillo, ya atardeciendo, donde las nubes y un poco de sol hace que las vistas sean increíbles. Nos esforzamos por recordar 'el reino de los cielos' la peli que se rodó en el castillo. No lo situamos, la verdad. O el castillo era muy soso o la peli no muy buena. Gana lo segundo, sin duda.
El castillo abre de 10 a 18h, unos 6€ con visita guiada. La idea es ir a la ermita de la Virgen de Anión, 3h de pateo suave y luego ir al Chateau.
Por cierto, el parking está muy inclinado, 8 grados exactamente (para esto sirve el iPhone). Lo soportaremos.
Por la mañana la ruta hasta la ermita se nos ha hecho durilla. Hasta la primera cuesta no hemos caído que "dificultad baja" significa que ojalá lleguemos al final de la cuesta. Ojo que desde el castillo cuesta ver la primera señal. El paseo es mágico; primero atraviesa un minibosque de encinas, serpenteando ríos de la lluvia de ayer. Luego un pinar, fantasmagórico. La ermita abre de semana santa a el Pilar, así que podemos atestiguar que sí, la puerta estaba cerrada.
Después de comer, ya en la furgo, vamos al castillo. Nos pasaron un video, incluido en la visita guiada (fantástica la chica, Marta se llama). Castillos hemos visto muchos, pero este es especial. Precioso, único y posiblemente de los más bonitos que recordamos. Si bien el encanto viene de la fantástica guía, que amenizó la visita con todo lujo de detalles y chistes. Y eso que estaba en prácticas!
Será bonito, que mucha gente que salió del parking se paró a tirar la última foto, casi de noche. Tiembla, Elian Donan!
Nos dirigimos al Monasterio de San Juan de la Peña, a unos 60 km de curvas y bastante lejos del mundo, donde aparcamos junto a un par de ac's francesas, muy habituales.
Noche cerrada, unos 9 grados de temperatura y un manto de estrellas que se dejan ver entre los árboles.
¿No es perfecto?
Por la mañana compramos las entradas en el monasterio nuevo, bajando a toda prisa por el camino muy empinado y pedregoso. También pudimos coger el bus que estaba en la puerta esperando, incluido en el ticket. Siendo así de chulos, llegamos antes que el bus. Que bien la visita guiada, hemos aprendido un montón. Vale la pena la guía, si no no te enteras de nada. Los capiteles magníficos, pese a lo poco que queda del resto.
Subimos con el bus, como para subir a pata después de la pedazo de cuesta de 1,5 km. El monasterio nuevo es más bien un centro de interpretación de la vida monástica, muy moderno (y seguro que habrá costado una fortuna, sólo la madera del suelo y techo era parket macizo.) quizá era el frío que hacía dentro o el rollo moderno, pero lo hemos encontrado algo impersonal. Vale la pena pagar el sobreprecio igualmente.
Después de comer, nos acercamos a Jaca (parking de la ciudadela) Empezamos por el castillo de la ciudadela, donde la guía (espectacular) nos situó en las funciones del castillo durante los siglos. Vale la pena si la visita es guiada. Llegamos tarde a la catedral para la visita guiada, así que nos conformamos con el paseo. La encontramos muy oscura, pero seguro esconde muchas historias.
Nos ha gustado el casco viejo con solera y cierto encanto aumentado con un ambientillo la mar de agradable.
El parking se llena a tope, y pese a la limitación de altura a 2,10 metros, hay un montón de ac's en la acera de al lado.
Dato curioso: a eso de las 19 nos salimos del parking (vacío cuando llegamos) y después de vaciar el poti en un wc del Eroski a eso de las 20h no cabía un alma. Nos colocamos junto a las ac's, a las 22 hay sitio de sobra dentro.
Esperamos dormir a gusto, como siempre que estamos en Huesca, para mañana volver pronto a casa y evitar la cola de entrada a la gran metrópoli.
Entradas: Loarre 11€, monasterio 17€, ciudadela 12€.