domingo, 5 de diciembre de 2010

Cuenca y algo de la provincia

Fotos de urgencia tomadas con móvil, al llegar


En Cuenca estamos, pasando un frío purificador y desintoxicador. Hemos tardado lo suyo, parando a dormir en Candasnos, disfrutando de ésta zona desconocida con nieve incluida. Hemos desistido del nacimiento de río Cuervo por el estado de la carretera, nevada por completo. Dos veces lo hemos intentado, una detrás del quitanieves y nada, el asfalto es blanco y resbaladizo.
Tras parar en una gasolinera Galp al lado del hospital y Alcampo, donde hemos limpiado la salitre, hemos subido al parking del castillo, donde pernoctaremos en compañía de autocaravanas y demás furgos. Mañana no olvidaré la batería de la cámara, aunque el iPhone apaña lo que puede...
Nos sorprende que sea gratuito, por la cantidad de coches allí acumulados. Para colmo hay un servicio de bus cada poco, por si da pereza subir la cuesta. ¡Bien por Cuenca!


Cuenca: 4-12-10
La ciudad se visita en un par de días a toda máquina, la verdad es que es muy fotogénica y cada rincón tiene su encanto. No nos ha defraudado lo mas mínimo, quizá echamos de menos algo más de tranquilidad por la masificación de gente. Imposible prácticamente dar buena cuenta de Los Pucheros, los bares a tope!.
Por lo demás observemos diferentes alternativas a la pernocta del Castillo, que estaba a reventar cuando volvimos hacia las 4, una de ellas es la playa artificial, aunque queda bastante lejos del centro. Parece muy tranquilo, se veía una furgo y una autocaravana desde el arco que une el parking con la ciudad vieja.
Otra alternativa es el área de autocaravanas, aunque no logramos averiguar el precio ni los servicios, al compartir estacionamiento con autobuses. Queda algo alejada del centro, más que nada por la cuesta que hay que subir. Eso sí, vale la pena por que lo primero que se ve cuando recobras el aliento son las Casas Colgadas.
Antes de mancharnos fuimos dirección Camino de San Isidro, hacia el cementerio. No había tráfico y varios apartaderos bien podrían acoger una pernocta con unas vistas increíbles. Se llega tomando un desvío en el barrio del Castillo, sin pérdida.

Ciudad Encantada 
Una vez abandonada Cuenca nos dirigimos a la Ciudad Encantada, donde a falta de un rato para cerrar no paraba de llegar gente. Hay una explanada donde se podría pernoctar. Esa era nuestra intención, pero el hielo que la cubría nos hizo desestimar la opción hasta de estacionar. Eso mismo pensó todo el mundo, dada la invasión de la carretera. Había varias autocaravanas y furgos, que supongo se quedarían a dormir.
La entrada vale 3€, y es un espectáculo por las formaciones kársticas y por el hielo del camino, resbaladizo y traidor. Mucha gente, pero hay que verlo. No hemos visto servicios de ningún tipo para la Coliflornia.
Para pernoctar por la zona, se puede ir al Ventano del Diablo, un mirador antes de llegar a la ciudad encantada, al pasar vimos alguna autocaravana. En nuestro caso, dado el volumen de turismos aparcados, nos hizo desistir. Pusimos dirección a Tragacete, donde encontramos un apartadero con varias autocaravanas donde pernoctamos muy bien. Toda la noche lloviendo. Sin servicios para la furgo.


Nacimiento del Río Cuervo: 6-12-10
A la mañana nos dirigimos por tercera vez al nacimiento del río Cuervo, esta vez sabiendo que la carretera estaría limpia por la lluvia. Llegamos a un parking, donde creemos poder pernoctar. Había alguna furgo. La visita es obligada. Pese a la lluvia y hielo, es un espectáculo. No había mucha gente, mejor madrugar. A la vuelta había algún autobús y gente desfilando al nacimiento del río. Seguimos sin encontrar un sitio para vaciar el poti.

Vega del Codorno
Ponemos rumbo, está al lado, a Vega del Codorno donde visitamos la cueva. Lástima de tanta lluvia, porque se puede visitar una gruta que se introduce dentro de la montaña. Echamos de menos una botas de agua y una linterna para remontar el riachuelo por su interior. Nos conformamos con una cascada alrededor de la cueva, con vistas al valle y estruendo de agua rota contra la piedra.
Compramos pan y unas galletas de huevo en un colmado en el cruce que sube a la cueva.
Siendo ya hora de comer, probamos una lata de alubias Litoral. Se pueden comer. Paramos en el parking del Centro de Interpretación, cerrado a cal y canto. Observamos que tiene wc independiente del centro, por desgracia está cerrado. Abre de 10h a 18h, pero hoy es festivo, así que ¡pipí de campo!

Los Callejones -Las Majadas: 7-12-10
Nos dirigimos a los Callejones, paraje muy similar a la Ciudad Encantada, cuando en algunos tramos, es muy muy espectacular. Sin apenas gente, hace frío y viento y amenaza lluvia, con el Sol ya escondido la escena es mágica. Vamos al pueblo con intención de paseo y café, pero Las Majadas no invita a quedarnos. Recargamos agua en una fuente, en un parque a la entrada del pueblo. Volvemos al parking de los Callejones donde pernoctamos, tras buscar un sitio más cercano al pueblo sin éxito.
Pues hemos dormido bajo una lluvia y viento fuertísimos, muy tranquilos dado que estábamos solos. En un momento de tregua, hemos cogido el PR 28 que va desde Las Majadas hacia los Miradores, sendero que cruza el acceso al parking donde hemos dormido. Han sido unos 40' de ida hacia el mirador, paseo sin dificultad muy recomendable por el bosque. La lluvia vuelve a aparecer, más que molestar añade encanto a un paraje que no se parece en nada a lo que estamos acostumbrados.
Ignoramos a que hora se van los buitres a merendar, pero hay que madrugar algo (llegamos a las 10:30h) y había una docena de ellos volando a ras nuestro. Tan cerca que les veíamos los ojos, impresionante. Al mirador se accede subiendo la misma carretera que el parking de Los Callejones, a un par de kilómetros hay un desvío a una pista de tierra a la derecha. No hay demasiada explanada, de hecho sería un crimen invadir ese paisaje con vehículos. El paseo por bosque es la opción más atractiva.
Priego
Después de volver a la furgo nos dirigimos a Priego, donde compramos chorizos y pâtés de caza, morcillas y algún dulce. El carnicero -Salvador- nos explica que en el convento se tiran unas fotos estupendas.
Tras conversar sobre objetivos, cuerpos y analizar unas panorámicas que adornan el súper, decidimos volver a casa, pues mañana queremos ver a la familia antes de volver a la rutina.