lunes, 22 de noviembre de 2010

Paseo por el Cadí

Pues nos hemos animado otra vez a salir, desde Albarracín, hace bastantes semanas. Y es que parece que vamos en busca de frío purificador, cuanto peor es la previsión meteorológica más arriba subimos. Estamos en Castellar d'en Hug, a un 20 km de La Molina. No hay nieve, sólo una noche muy fría y despejada, con una luna espectacular. Estamos a 1º a unos 1300 m si no recuerdo mal. Mañana veremos el pueblo, que ya es tarde y hay que calentar los sacos.



Hemos dormido muy bien en el parking, tras un desayuno ha. Empezado a chispear. A los 5' la lluvia se ha convertido en una nevada brutal. Con la alergia que tiene la fuego a la nieve, y tras apenas 1 hora de divertida nevada decidimos bajar de cota, no vaya a ser. Al mover os ya empiezan a patinaras ruedas, mal presagio ante la rampa para salir del parking. Decidimos coger carrerilla y tras intentar traicionar subimos dando tumbos y ya en la parte de arriba el descontrol es total, el testigo del ESP echa humo y por suerte nos paramos a un par de palmos del quitamiedos. Con cuidado extremo bajamos y nos dirigimos a Bagà, donde compramos pan buenísimo y bastante fruta a muy precio.
No tenemos fotos por la lluvia, pero la verdad es que tiene encanto. Nos dirigimos a Saldes, donde paseamos un poco, aunque sin demasiado interés. Pasamos por Gòsol, esta vez sin pararnos por que lo conocemos de otra visita. En la carretera dirección Solsona, la panorámica nevada es excepcional.






Llegamos a comer en Josa de Cadí, en parking al lado de un merendero. El pueblo es minúsculo, pero muy arreglado. Se puede hacer FP. Nos hemos acercado a Sant Llorenç de Morunys, donde hemos comprado unos pantalones de montaña de invierno y nos hemos paseado por el casco viejo, con bastante gente. La iglesia merece la visita. Debe haber muchos recorridos en bici, por la cantidad de rutas que se anuncian en los paneles informativos.
Ponemos rumbo a un FP dirección Solsona, un merendero con buena pinta, en lo alto del puerto (no recuerdo el nombre). Lastima que el acceso estaba completamente nevado, y encima cuesta arriba, por lo que desistimos a sabiendas lo que ocurre con dos dedos de nieve. Con la luna llena, las cimas nevadas, y una espesa niebla sobre Sant Llorenç que rebota la luz de las farolas, no habíamos visto paisaje nocturno igual en nuestra vida.
Seguimos hasta Solsona, donde buscamos un sitio donde dormir, sin demasiado éxito. Vemos a lo lejos el Castellvell, iluminado como una isla en medio de la negrura, así que vamos a él, encontrando una explanada a su falda que nos dará cobijo del viento frío que se ha levantado y llevado a las nubes que nos han acompañado todo el viaje.
Hemos dormido muy bien, la verdad es que el sitio es muy tranquilo. Hemos echo unas cuantas fotos, la vista es espectacular, con la niebla enroscada en las faldas de las montañas, dejando solo algunas cimas. Decidimos dejar la furgo en el mismo sitio, bajando a Solsona por un caminito señalizado. Visitamos el casco viejo, bastante agradable y con mucha historia que contar. También la catedral, que visitamos después de un café muy agradable cafetería muy moderna. Descubrimos que el marido de una conocida fotógrafo publica fotos en revistas de viajes de cierta importancia.





Volvemos a la furgo, tras la cuesta hasta el castillo, media hora de constante subida más la que suponemos niebla matutina que el viento ha arrastrado hasta él hace que nos congelemos; parte en culpa del acaloramiento que hemos acumulado dada nuestra nula forma física.
Después de comer, a casa tan anchos...
Sienta muy bien un poco de frío en la cara, y más cuando ves algunos valles sutilmente nevados, preparados ya para el rigor del Cadí en su forma más agreste.
Recomendable al 100%!!!